Emulsión de fascinación y encanto, como siempre. Nos hemos decantado,( causas laborales), por unas fechas relativamente atípicas dentro de nuestras preferencias. También postergamos el Templo del Agua para la mañana del día siguiente. Todo ha estado maravilloso: La habitación 306, un poco más chicuca que las de la segunda y primera planta. Desayuno surtido, variado, y todo de gran calidad. El gimnasio continúa pertrechado de muy buena equipación. El personal de recepción, limpieza y balneario, encantadores, qué menos. En estas fechas señeras, lo concurrido de la instalación hace entender ciertos detalles consustanciales a la afluencia de máxima ocupación, es previsible y normal en hostelería, y no afecta en absoluto a la calidad ofrecida. Volveremos sin duda. Por aspectos como su cercanía, asequibilidad, y concordancia con nuestras necesidades termo-lúdicas y salutíferas, ha pasado a ser un destino predilecto de referencia en nuestro elenco de escapadas de fin de semana a escala regional. Es un indispensable, un básico esencial al que tenemos la suerte de poder acudir a disfrutar con relativa asiduidad.
아주좋음
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