Esta Semana Santa nos hemos alojado en el AZZ Langreo Hotel y la experiencia ha resultado nefasta por la desidia y poca profesionalidad mostrada por todo el personal del hotel. La reserva estaba hecha para tres adultos ya que nuestro hijo tiene 12 años y no tiene consideración de niño. Recalco lo de tres adultos ya que, como se verá en el relato de lo sucedido, tiene su importancia. El check in transcurrió sin novedad (y con unas explicaciones muy someras en las que se nos indicó que el desayuno se servía hasta las 11:00, también este dato es importante para el relato), pero al llegar a la habitación comenzaron los problemas. La habitación reservada (una junior suite) en régimen de alojamiento y desayuno, mostraba evidentes signos de deterioro por el paso del tiempo y la cama era mínima para los estándares actuales de un hotel de cuatro estrellas, además el colchón pedía a gritos un cambio y el mando a distancia de una de las televisiones no funcionaba. Por si todo lo anterior no fuera suficiente se podía intuir que la limpieza de la habitación no había sido muy a fondo y tanto el champú como el gel se encontraban bajo mínimos. Además, no había ni rastro de los albornoces que debían estar al trat**** de una junior suite. Indicamos en la recepción del hotel el problema con el mando a distancia y lo solucionaron rápidamente. Al volver por la noche al hotel había dos albornoces y llamamos a recepción nuevamente indicando que éramos tres (recordemos que la reserva estaba realizada para tres adultos) y nos indicaron que el niño no tiene albornoz y que con una toalla es suficiente para él. No insistimos ya que no le dimos excesiva importancia. La habitación no había cubierto nuestras expectativas, pero esperábamos compensarlo con un buen desayuno ¡Qué equivocados estábamos! El desayuno resultó un caos con muy poca variedad de productos y una reposición de estos lenta, muy lenta. Para colmo, la persona encargada de mantenimiento (con sus zapatos de seguridad y su ropa de trabajo) entraba y salía de la cocina con la comida del buffet del desayuno. Por si todo esto fuera poco, tras finalizar el servicio de desayuno los empleados se quedaban en el comedor charlando y comiendo los productos sobrantes del desayuno de pie y apoyados sobre las encimeras donde todavía había alimentos sin retirar. Alguien debería recordarles las normas básicas de seguridad alimentaria. La estancia en el hotel estaba resultando un poco molesta, pero como todo puede ir a peor faltaba la traca final. El día previo a nuestra marcha se acabó el gel y pensamos que al hacer la habitación lo repondrían sin mayores problemas, pero en el AZZ Langreo las cosas funcionan de otra manera. Al volver al hotel por la noche nos encontramos que no solo no habían repuesto el gel sino que ni tan siquiera habían limpiado el baño, ni repuesto las toallas utilizadas, ni vaciado las papeleras. Únicamente habían hecho las camas (subido las sábanas principalmente) y en el caso del sofá cama faltaba una s
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