En la primera habitación asignada, el olor era tan fuerte a químico que no se podía ni respirar no abriendo las ventanas. Solicitamos un cambio de habitación, y la que nos dieron tenía una brecha en la pared por la que entraba el frío y ruido de la habitación, la tuvimos que tapar con una toalla. Además, el pomo de la puerta principal no encaja (muy poca seguridad), 3 de los 4 enchufes no funcionaban y las ventanas no aislaban del ruido de la calle. No repetiré.
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