Fuimos a comer antes de hacer la visita guiada al Castillo de Turégano. El lugar muy acogedor, no demasiado amplio y tranquilo, aunque luego vino una reserva con muchos comensales y empezó a haber más bullicio, aunque en todo momento el servicio no se degradó. La comida de calidad, quizá algo elevada para la ubicación, pero merece la pena. Está en la misma plaza mayor del pueblo, a escasos 100 metros del castillo.
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