El Hotel es muy antiguo y poco adaptado al promedio actual. Te obligan a Desayuno (que por cierto es pésimo: café horrible, zumos de polvo, chacinas grasientas, etc, en resumen, nada saludable) porque hasta las 10 de la mañana no hay cafeterías abiertas a una distancia razonable. Es la viva imagen de un pueblo en decadencia al que el monopolio ejercido por la empresa que gestiona el Balneario (Relais Termal) no le ha sentado nada de bien, ya que ha cerrado o agonizan muchos negocios de restauración que se han vuelto obsoletos, de baja calidad y muy caros. En resumen, llevo visitando Lanjarón, y ese hotel en concreto, desde principios de los 90 y como esta última vez no he visto tan mal ni el hotel ni el pueblo en sí.
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