Como siempre llegar a Can Massot y ser recibidos por Roser y Josep Maria es como sentirte de vuelta a tu hogar. Habitación fantástica con colchón de matrimonio 2mx 2m. Comodísima. Desayunos frugales de salado y dulce (Roser usualmente siempre te guarda una sorpresa dulce). Es su vocación y se nota, de ambos, por el cariño y la naturalidad que desprenden. Conocimos una pareja con su hijo, también encantadores. Restaurantes en pueblos próximos con relación calidad-precio muy buena. Y cómo no la "Quina " que se celebró en el centro cultural del pueblo, "La Concordia". Una noche mágica, con premios para todos y aunque no los hubieran habido, también lo hubiera sido.
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