La mitad del personal fue amable, la otra fue muy grosera. No tienes llave para tu propia habitación, que aunque sea compartida en otros hostales si tienes. El uso del área común es un tema complicado, escuche ruido casi todas las noches y el único día que yo me pasé por unos minutos tuve un regaño. No hay privacidad, te abren la puerta aunque te estés cambiando de ropa y la información sobre los eventos es algo incorrecta. Solo puedes pagar en efectivo la mayoría de cosas y el recargo por hacerlo con tarjeta en dólares es superior al 20% Aún así, la ubicación es buena, la mitad del personal que fue amable fue en serio agradable e intentaba ayudar. Por eso le doy 3 estrellas, por esos pocos que si intentaron ayudar.
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