El personal de recepción es muy amable, explican todo. Al llegar fue antes del horario del check in y nos permitieron acceder a la habitación. El hotel no cuenta con estacionamiento propio, pero en la misma cuadra hay uno que al decir que te hospedas en el hotel te hacen descuento. La habitación muy linda, buenas sábanas y colchón. Mucha calefacción, dormíamos con la ventana abierta ya que estaba rota para perilla para bajar la temperatura de la estufa del cuarto. Las toallas en general bien, alguna que otra medio floja, pedía cambio. En nuestro caso era media pensión la estadía, el desayuno bastante completo (jugo, café, te, yogurt, leche, cereales, tostadas, huevos revueltos, fiambre, poca fruta, panificados...) la cena hay 2 platos que varian todas las noches (alguna vez se repite en la semana algunos platos). La bebida se paga aparte, pero no resulta cara. Muy rica la comida y completa. Incluye entrada salad bar, plato principal y postre. El personal en general muy amables en comedor también, salvo una señorita que un día nos dijo que debíamos ir a comer a las 20hs, no a las 20.30 y que si queríamos hacer sobre mesa debíamos irnos al lobby ya que ahí tenían que limpiar. Al día siguiente bajamos a las 20 a cenar y nos avisan que era 20.30 que debíamos estar, para luego volver a atrasar la cena 30' más ya que había un contingente chileno que a esa hr bajaban a comer y no podían servirnos antes. Volvería al hotel ya que en general me pareció bueno, pero hay cosas que ajustar como que marquen bien el hr de la cena y que el horario de uno no esté limitado por un contingente ya que todos estamos pagando por un servicio o bien que se avise de ante mano.