Es una casa antigua con las habitaciones muy modernas, cama cómoda, todo limpio, y pequeña cocina. No hay ascensor y estar en el último piso cuesta, pero vale la pena totalmente. Las vistas son espectaculares y estamos en el centro de Porto. Desde aquí se llega caminando ¡a todos lados! además, si se pide, tienen la opción de parking incluido en el precio, cosa que en el centro se agradece y mucho. El personal ha estado pendiente de nuestra estancia y hemos estado muy a gusto, todo limpio, moderno…ni si quiera las escaleras son un problema con todos los pros que hay.
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