Fuimos en época con buena temperatura y tuvimos suerte con las habitaciones (en la tercera planta parece que son mejores las habitaciones). Teníamos baño privado, con todo lo necesario, se cambiaban las toallas cada día. La habitación está bastante bien, echo de menos algún tipo de almacenamiento más para poner encima la ropa o lo que sea. Las camas están bien, la almohada no tanto. La limpieza es muy buena, cada día pasaban a limpiar. Lo malo son su localización (en una calle muy transitada), las escaleras (pequeñas y viejas) y que para entrar y salir hay que pasar por la recepción sí o sí.
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