Está muy bien ubicado, cerca de la terminal del ferry, de la peatonal , del supermercado, lavandería, restaurantes y de la playa pero lejos del ruido.- Es muy seguro ya que cuenta con cámaras de vigilancia y un sereno, Don José, que es muy servicial.- La zona también es segura incluso para andar de noche.- Es un hotel familiar donde sus dueños, Don Gerardo y Doña Manuela , también viven y son muy amables y serviciales.- Nos alojamos durante 15 noches en la habitación 21 con 2 balcones, uno de ellos con vista parcial al mar, muy luminosa, aireada y cómoda.- Con aire acondicionado, ventilador de techo, un pequeño y muuuy viejo minibar que sin embargo enfriaba muuy bien, TV cable.- Las almohadas eran durísimas.- Pedimos las cambiaran pero no mejoraron mucho.- La limpieza era demasiado básica y mala a pesar de que durante nuestra estadía no hubieron más de 3 habitaciones ocupadas al mismo tiempo.- Solo consistía en arreglar la cama, cambiar las toallas por otras limpias pero manchadas, barrer , pasar un trapo húmedo a la TAPA de plástico del inodoro y echar un poco de desodorante de ambiente.- Tampoco ponían toallas de rostro a menos que uno las pidiera.- En 15 días lavaron el piso solo una vez y fue a pedido nuestro.- Pedimos una papelera extra la cual llenábamos de agua y detergente que compramos, para poder lavar nosotros las terrazas y el piso de la ducha.- Apenas ingresamos a la habitación se nos cayó algo debajo de la cama y al agacharnos descubrimos que nadie había limpiado allí por bastante tiempo.- No existe una recepción propiamente dicha ya que solo hay gente unas pocas horas por día y no siempre, al punto que al momento del check out , al mediodía, no nos pudimos despedir de nadie salvo de Don José.- Es una pena que la limpieza tan somera opaque lo lindo, cómodo y bien ubicado que está este hotel tan familiar.-
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