Eurostars Louxo Talaso 후기

Always a pleasure. Staff excellent, BF very good, parking easy. Housekeeping excellent. Only downside is the SPA payable in addition. Value for money still good.

Estuvimos una noche(reservé por nuestro aniversario) el hotel, estupendo, el personal genial, la habitación súper bien y el desayuno muy completo. repetiremos seguro 👍👌👌

Todo genial

This stay was one of nostalgia as I had been to La Toja as a child in the 1960's. The Louxo hotel was not even built then! The island is every bit as beautiful as I remembered it and the hotel is in a wonderful location. We stayed in a room on the first floor with a side view of the water and it was perfect. Very spacious and well appointed with a sofa and big picture windows that slide open. (No balconies but not an issue at all) The bathroom was modern and also very spacious with huge walk in shower. We booked half board which was tremendous value and the restaurant is overlooking the water with stunning views and lots of wildlife to see. We spotted dolphins! The 3 course menu included good choices as well as water, wine and coffee. Highly recommend staying here. We did have to pay to use the thalassotherapy pool but it was worth it. It's as warm as a bath and has lots of jets and fountains to ease muscles and relax. Bathrobes and towels are supplied, but bring a hat to wear as it's obligatory for everyone. Staff were all very pleasant throughout the hotel and the place is spotlessly clean everywhere. Within walking distance of O Grove town across the bridge and on La Toja there is a museum telling the history of the soap factory and a shop selling the La Toja brands. Also a beautiful shell covered church and the authorised sea shell jewellery sellers with their stalls.

Absolutely phenomenon stay in this Hotel. We came for 1 night and stayed 2 extra missing a flight for the luxury. Excellent food, staff, service, rooms, pools indoor and outdoor. Phenomenonal views of the area. Close to local tourist attractions. 1 of the nicest places we've stayed at very reasonable prices. Would highly recommend a stay at this fabulous hotel.

This hotel a 4 star, offers spectacular views to the Riada, you feel the nature and the strong wind, very well located, the hotel offers all kind of services, Spa and beautiful walks to island of Louxo. Good and attentive employees. Spacious rooms and well distributed. A unique place to relax and tracking, on the way to Santiago.

Pluses We stayed a wonderful four weeks in this lovely hotel from late July to late August 2022 , using it as a home base for extensive travel around western Galicia. Staff were very responsive and helpful. No request was too much trouble for them. Excellent estuary views on the side facing the ria and partial estuary views on side facing car park. Good, varied breakfast available. Attractive bar with light meals inside facing car park at back of hotel. Main restaurant and Bistro face the ria. Rooms comfortable and pleasant with excellent views from 'internal' glazed balcony with wall-to-wall picture windows. Outdoor pool area facing the ria was well tended with different seating areas. It opens late and closes late by UK standards as it stays light until late in this part of Spain. Bar service available round the pool. Generally, cleaning was good throughout. Staff wore masks. Minus Indoor Spa pool was payment only. I did not use ot as tge weatger was mostly very goid so used tge putdoor pool. It looked pleasant. Was not very big and every time I asked the price at the Spa reception I was told a different answer. It might have been a language problem. I could not see the price prominently displayed but perhaps it was written somewhere in Spanish. Reception had told me to ask at the Spa reception. The dining tables by the pool are for the restaurant menu only at lunchtime. No pool snacks available. However, bar service is available round the pool and there were two or three bar tables with seating next to the ria. Personally, I wore a mask in the breakfast room when not eating. Very few people did so aart from tge staff. I would have liked to see more bottles of alcogel around and disposable gloves to wear at the buffet for handling implements. Everytime I took something from the buffet I popped out to use alcogel or wash my hands before eating. There was no real outdoor area to take breakfast so I opened one of the picture windows a little near me each time to get some fresh air. This contrasted with the situation at the Makedonia Palace Hotel in Thessaloniki where we had stayed recently and where there was a bottle of alcogel on each table and guests had to wear masks and disposable gloves at the buffet.

(Photos only)

O hotel continua lindo e familiar como sempre o conheci (ha mais de 25 anos) Colaboradores prestáveis e muito simpáticos, alguns já nossos conhecidos de todas as nossas estadias. Adoramos lá voltar sempre! Mudou de cadeia hoteleira mas continua um hotel lindo e o "nosso" hotel de eleição na Galiza.

Hotel en sitio privilegiado con recepción y comedor elegantes y actualizados. Spa pequeño con agua salada muy agradable aunque difícil de disfrutar para personas mayores por chorros fuertes y profundidad. El masaje completo muy bien. Habitación familiar con vistas al mar confortable y buena decoración (es doble, dos habitaciones comunicadas y dos baños).

Hotel localizado numa zona com vistas privilegiadas, ideal para quem pretende relaxar e fugir do barulho e confusão. Boa limpeza do hotel, no geral. Funcionários bastante acessíveis e simpáticos com foco no bem estar do hóspede. O estacionamento é fácil e gratuito. Quarto grande e espaçoso, moderno e renovado com bom gosto. Fizemos um pedido especial (quarto com chuveiro) o qual realizaram. Variedade de amenities e presente de boas vindas. Negativo: as camas são duras e as almofadas são extremamente desconfortáveis. A acústica entre quartos é péssima, as paredes parecem feitas de papel (conseguíamos ouvir tudo o que faziam nos quartos ao lado). Relação qualidade/preço do bistrô bastante alta. Pequeno almoço buffet razoável mas não digno de um 4*

No suelo escribir reseñas. Solo he realizado una primera y esta última, las dos relativas al hotel Louxo enclavado en la isla de La Toja. La primera reseña se remonta a hace muchos años, cuando decidí pasar unos días de descanso durante el mes de agosto. El hotel soñado para mí: un trato exquisito, habitación amplia y confortable, vistas a la ría, magnífico desayuno buffet, su centro de talasoterapia y precio razonable. Desde entonces en pocas ocasiones falté a la cita de agosto. Dediqué más bien la reseña a escribir sobre el estado de abandono de la isla, ya que vi cómo la gente que la visitaba tiraba la basura, principalmente botellas de plástico y de cristal, directamente en la ría junto al muro de contención, pidiendo la colocación de papeleras, que no existían. Recuerdo que la reseña, antes de publicarla, la comenté con el director de entonces, Manuel Amuedo, que fue el inicio de una cálida relación personal. En ocasiones vino a saludarme en el desayuno o en la zona de las tumbonas. Lo recuerdo con cariño. Confieso que me sorprendió el año en que dejé de verlo, porque tenía asumido que, además de director, era casi dueño del hotel. Su presencia era constante y tenía su habitación en el hotel. Tengo que decir que me alegré mucho de que Dolores Valladares fuera posteriormente la directora, después del corto período de Laura Fernández (subdirectora antes), porque también, en el tiempo en que fue director D. Manuel, mantuve trato con ella en el comedor durante el desayuno, ya que todas las mañanas supervisaba personalmente dicho servicio. Por supuesto, mi relación personal fue más intensa con las chicas de recepción, principalmente Silvia Rivas, María Aguirre y Clara Rivera, y con Mercedes, que todavía hoy atiende como nadie las comidas al mediodía en el bar cafetería del hotel. Nunca una mala palabra o un mal gesto, siempre una sonrisa por parte de todos. Llegó a tal punto nuestra cercanía personal que el año que no había llamado o escrito con tiempo para reservar en agosto recibía un correo electrónico del servicio de recepción del hotel, como el que transcribo literalmente a continuación (Estimado Sr. Pinaglia, ¿Qué tal están? ¿Cómo se encuentran? Nos ponemos en contacto con ustedes ya que echamos de menos su reserva para el próximo mes de agosto. Esperamos que todo vaya bien y si el próximo mes no nos visitan confiamos en que si lo hagan muy pronto. Todo el equipo de recepción les envía un cordial saludo y no nos olvidamos de Juan Ignacio y de Borjita a los que mandamos un besito fuerte. María Aguirre). Impresionante las muestras de cariño. Jamás me había sucedido algo parecido. Sin duda, algo habíamos tenido que hacer bien para recibir semejante trato. Un año, no recuerdo en este momento cuál, en el que se celebró un aniversario importante para la propiedad tomando un coctel preparado por un profesional en la terraza de la piscina, tuvimos la oportunidad de intensificar nuestra relación personal conociendo al señor que estaba por encima de

No suelo escribir reseñas. Solo he escrito una primera y esta última, las dos relativas al hotel Louxo enclavado en la isla de La Toja. La primera reseña la realice hace 15 años, aproximadamente, cuando en agosto pasaba unos días de descanso. El hotel soñado para mí: un trato exquisito, habitación amplia y confortable, vistas a la ría, magnífico desayuno buffet, su centro de talasoterapia y precio razonable. Desde entonces en pocas ocasiones falté a la cita de agosto. Dediqué más bien la reseña a escribir sobre el estado de abandono de la isla, ya que vi cómo la gente que la visitaba tiraba la basura, principalmente botellas de plástico y de cristal, directamente en la ría junto al muro de contención, pidiendo la colocación de papeleras, que no existían. Recuerdo que la reseña, antes de escribirla, se la comenté personalmente al director de entonces, D. Manuel Amuedo, que significó el inicio de una cálida relación personal. En no pocas ocasiones venía personalmente a saludarme en el desayuno o en la zona de las tumbonas. Lo recuerdo con cariño. Confieso que me quedé sobrecogido el año que ya no lo vi de director, porque tenía asumido que, además de director, era casi dueño del hotel. Su presencia era constante y tenía su habitación en el hotel. Tengo que decir que me alegré mucho de que ＜＞ Valladares fuera posteriormente la directora, después del corto período de Laura Fernández (subdirectora antes), porque también, en el tiempo en que fue director D. Manuel, mantuve trato con ella en el comedor durante el desayuno, ya que todas las mañanas supervisaba personalmente dicho servicio. Por supuesto, mi relación personal fue más intensa con las chicas de recepción, principalmente Silvia Rivas, María Aguirre y Clara Rivera, y con Mercedes, que todavía hoy atiende como nadie las comidas al mediodía en el bar cafetería del hotel. Nunca una mala palabra o un mal gesto, siempre una sonrisa por parte de todos. Llegó a tal punto nuestra cercanía personal que el año que no había llamado o escrito con tiempo para reservar en agosto recibía un email de recepción, sin duda por encargo de la dirección, como el que transcribo literalmente (＜＞). Impresionante las muestras de cariño. Jamás me había sucedido algo parecido. Sin duda, algo habíamos tenido que hacer bien para recibir semejante trato. Un año, no recuerdo bien cual fue, en el que celebramos un aniversario importante para la propiedad tomando un coctel preparado por un profesional en la terraza de la piscina, tuvimos la oportunidad de intensificar nuestra relación personal conociendo al señor que estaba por encima de la dirección, concretamente a Luciano Martínez Carballal, hijo del noble y admirado empresario gallego don Luciano Martínez Pérez. En esa conmemoración, el hijo pequeño del gerente, ＜＞, conoció a mi hijo Borja, ambos de la misma edad. Si no hubiera sido profesor de derecho me habría gustado ser médico (como mi abuelo, compañero y amigo de Ramón y Cajal), pero de balneario.

O hotel fica localizado na Ilha Lá Toja, um sítio muito bonito na Galiza. É perto de praias lindíssimas, autênticos paraísos escondidos. Não chegamos a experimentar os serviços do spa, pois ficamos viciados nas praias envolventes. Mas o quarto do hotel é muito confortável, com uma cama grande e limpo de forma impecável. Tinha uma vista deslumbrante, principalmente durante o pôr do sol. O pequeno almoço tinha muitas opções, para diferentes gostos. Em relação ao pessoal, todos simpáticos e atenciosos.