A las 19.30 hemos llegado 8 personas (4 adultos y 4 niños) al hotel. Está en un sitio alejado de la ciudad y hemos preguntado si podíamos cenar. Nos han dicho: hasta las 9.00 podéis cenar. Se cierra a las 10. A las 8.10 ya estábamos abajo y entonces ha comenzado la pesadilla. El servicio no es lento, es muy lento, la amabilidad cero. Había una camera con rasgos hindúes y un señor mayor, que se han comportado como auténticos maleducados, desagradables, groseros… hemos pedido 4 cervezas y 4 pizzas para los 8. A las 9.10, pedimos 2 pizzas más y nos dicen que no, que está cerrado. Le decimos que las niñas tienen hambre. Y la camarera dice: necesitamos dejar de trabajar y le decimos: pero necesitamos comer, y la respuesta es, acompañada de una cara desagradable: no es mi problema! 😳y se va. Por dos pizzas más! A las 9.20 le pedimos 4 cervezas más, delante de nosotros gente pidiéndose cerveza y dice: está cerrado 🙄🙄 le decimos que por qué si acaba de servir una… al final nos las pone… a las 9.45 llegan 6 señoras muy mayores, encantadoras, simpáticas y piden botella de vino y se la ponen😳 las mesas de al lado miraban a los camareros como: no nos creemos por qué os están haciendo esto… Es una pena porque el hotel es bonito, Ellos dos lo estropean todo. No están a la altura de este sitio. Una pena..: por supuesto, no volveremos jamás a este hotel. Pensábamos quedarnos una noche más, pero por supuesto que no lo haremos. El problema es que NO QUERÍAN TRABAJAR. Luego dirán que los españoles, pero han sido unos vagos y les ha dado igual dejar sin cenar a cuatro niñas. En fin../ una pena
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